martes, 7 de diciembre de 2010

LA TÍA ESPERANZA

Como dije anteriormente, visitábamos con frecuencia a la familia de mi madre(la de mi padre no era necesario, pues casi todos eramos vecinos) pero llegaban los fríos y nos quedábamos más cerca. En casa de la tía Esperanza.
Tengo que aclarar que, en mi pueblo, no había absolutamente NADA donde pasar una tarde de Domingo. Las mamás, terminada su faena, se reunían unas cuantas en casa de alguna de ellas para jugar a cartas, o bien , como mi madre, para hacer alguna labor. Ella, que era muy joven(yo nací un mes antes de que  cumpliera los 22)optaba por lo último, y pasaba la tarde con la tía Esperanza, mientras nosotras jugábamos por los alrededores,con nuestras amigas, hasta el atardecer.
El parentesco que nos unía con la  tía Esperanza no era de sangre, pero como si lo fuera. Era la mujer del tío Andrés, el hermano menor de la abuela Pilar, por lo tanto, mucho mayor que mi madre.
Tuvo ocho hijos, la menor 3 ó 4 años mayor que yo, y pasaba la mañana haciendo comidas, y la tarde recosiendo la ropa y haciendo ganchillo. Era bonachona, reposada, y tenía una paciencia infinita, además de contar cuentos como nadie. Los contaba a su aire, y siempre añadía algo nuevo; nosotras estábamos al quite para decirle que se equivocaba, y al final, acabábamos contándolos nosotras.
También en su casa leíamos cuentos y jugábamos a las adivinanzas.
Tengo muy buen recuerdo de aquellas tardes largas del Domingo.

3 comentarios:

  1. Hola Loli;
    Me gusta seguir tus relatos, los explicas tan bien que parece que los estemos viviendo,tienes muy buena memoria y, creo que tal como los cuentas es porque tuviste una infancia feliz.
    Un abrazo.
    Rosa.

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  2. Hola Loli:

    Te hago una visita para agradecerte tus palabras en mi blog.
    Me alegro que estes tan feliz con tu nieto, si has leido mi blog, ya ves que yo no he tenido esa suerte.

    Estan muy entretenidas tus vivencias, me he leido las primeras y me han gustado. Yo tambien me hago seguidora tuya para seguir tu devenir.

    Un abrazo

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  3. Yo tengo unos recuerdos muy simpáticos y golosos cuando Dora Y Chelo tenían novio y se colocaban en la parte trasera de la"lareira"(hogar) y con la mesa en medio de las dos parejas, yo tenia la oreja puesta y cuando sentía ruido de caramelos enseguida me plantaba delante de ellos con la mano tendida, y siempre regresaba al banco grande con unos cuantos que luego compartiamos. ¡Cuanto cambiaron las cosas!! ¿verdad?

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