lunes, 26 de septiembre de 2011

NAVIDADES EN EL COLE

        
                                DAVID                                  
        
                           MARCOS

 Navidad de 1980. Son las primeras de mis hijos como escolares, y con ellas felicitamos a los abuelos que entonces vivían en Cangas. Aún recuerdo su primer día de escuela.
Primero acompañe a David  e hicimos cola dentro de la clase hasta que la "seño" (Ascensión) nos dijo a las mamás que nos podíamos retirar, ella los iría colocando en los pupitres. Salimos, pero nos quedamos observando desde los grandes ventanales, y cuando David se da cuenta,veo que con la manga se limpia las lágrimas. Dios mío, ¡que pena me dio verlo tan triste y tan resignado! aquel gesto se me clavó en el alma.
En la clase  de al lado dejo a Marcos, y cuando ve que me voy, se tira al suelo y se pone a llorar y a patalear; la seño con la mano me hace el gesto de que salga, y acto seguido, la introduce en el bolsillo y le da unos cuantos caramelos. Se le acabó el llanto y el pataleo.
Ellos no fueron a la guardería por varias razones, pero la principal era porque yo no trabajaba.
Creo que fue una equivocación ,pues los niños necesitan relacionarse entre ellos, y los mios tenían muy poca con otros que no fueran sus primos y algún vecino. Marcos se adaptó enseguida a todo lo que el cole conlleva, a David siempre le costó más, pero bueno, ahí están, y esto me lleva a pensar en las incongruencias y lo injusta que es la vida. Yo, que estaba loquita por estudiar, no pudo ser, y ellos que lo tenían a su alcance, no quisieron,¿que le vamos hacer?.
Yo sé que todos los trabajos son dignos, porque  cumplen una función que, en mayor o menor medida, son necesarios a nuestro semejantes, pero soy de la opinión de que el saber no ocupa lugar, aunque solo sea para satisfacción propia.

HERMANO POLITICO

                                                                                               Enrique y Celia

Enrique y mi hermana se casaron en la ermita de Bellvitge el 2 de Marzo de 1974 , y esperamos a su regreso del viaje de novios para bautizar  a Marcos, nuestro segundo hijo, puesto que ellos serian los padrinos. A David lo apadrinaron la hermana de mi marido, Chelo, y su marido Manolo.
Mi hermana estrenó su maternidad el 16 de Noviembre de 1976. Al día siguiente mi hijo David cumplía los cuatro años.
A principio de los 80 le extirparon la matriz, y dice que se arrepiente de no haberle dado un hermano/a a su hija, no por ella, que nunca lo pidió, pero se da cuenta de lo importante que es tener alguien tan cercano como un hermano para compartir lo bueno y lo malo que la vida te depara.

domingo, 25 de septiembre de 2011

MI HERMANA

                                                                
Celi: 3/5/1968/ 19 años (Cangas)

A estas alturas de mis andanzas, me doy cuenta que solo menciono a mi hermana en la etapa de la niñez, y esto tiene su razón de ser, pues tres años y medio de diferencia de edad se nota; y aunque en el barrio todas eramos amigas, cada una de nosotras tenia las  suyas propias.
Me enfadaba mucho, era como si  a cada momento me pusiera a prueba. Ya empezábamos la mañana teniendo que esperar a que terminara su desayuno (no le daba vueltas ni nada)
para irnos a la escuela; a mi me gustaba llegar pronto, a ella con el tiempo justito. Los cuentos cuentos coleccionables: yo los tenía encima de la mesa por orden numérico y cuando se le ocurría mirar (ella entonces solo miraba, no leía) siempre lo dejaba el primero, aunque fuera el último: y con la ropa, sobre todo los sueters, jamás los doblaba en condiciones.
Eso y alguna cosilla más, igual de insignificantes (todo sea dicho) pero a mí me podía.
Nos enfadábamos mucho, (rectifico) ME enfadaba mucho, pero no recuerdo de que nos pegáramos, y cuando empezábamos a entendernos,  yo me fui a Madrid.
Durante cinco años solo nos veíamos en verano y lo pasábamos muy bien, luego ya compartimos piso en Barcelona durante un tiempo y sin problemas, y ya casadas, los cuatro primeros años ellos, al no tener niños, nos visitaban con más frecuencia hasta que su hija y mis hijos tuvieron amistades propias. Ya crecidos y autónomos, retomamos la sana costumbre de comer juntos cada fin de semana, en su casa, en la nuestra, o por ahí; unas veces se suman todos los hijos, otras alguno, y las más....nosotros y mamá.
A pesar de que fisicamente nos parecemos bastante somos completamente opuestas, pero
nos entendemos,y sobre todo "nos queremos", además tenemos la gran suerte de que nuestros maridos  se compenetran muy bien, y esto contribuye a que nos guste estar juntos el mayor tiempo posible.
Lo que aún no ha conseguido mi hermana es que mi marido se anime a viajar con el inserso. Alega que todo son gente mayor ¡ ja ja ja! lo dice un jovencito de 72 años. Que le vamos hacer