A principios de 1994 la PHILIPS, que ya tenía una sucursal, abrió otra, la FNQ, y necesitaban un mínimo de gente para empezar a funcionar. Mi cuñado Enrique que trabajaba en la primera se lo comentó a mi hermano, quien a su vez lo trasmitió a mis hijos. La perspectiva de trabajo era para tres años y Marcos se apuntó enseguida,con la idea de volver a los libros cuando eso finalizara, David lo hizo un par de meses después; para entonces mi hermano ya estaba de encargado de un grupo de gente entre veinte y treinta años, todos poco más jovenes que él. Yo me sentía feliz al ver que los dos salian y regresaban juntos a casa, venian cansados (trabajaban doce horas diarias) pero satisfechos y contentos. Al final los tres años fueron diez, Marcos se casó y los libros quedaron en un rincón.
Esa primavera le comenté a mi médico de cabecera mis deseos de hacerme una mamografía, algo que le sorprendió cuando le contesté negativamente a los síntomas que el me enumeraba. Al final me hizo el volante, y tres meses después me fui hacer la prueba.
El resultado una semana despues era inconcreto. Tenía el pecho muy fibroso, y como era la primera mamografía no se podia hacer comprobaciones con una anterior, por ese motivo me citaron para seis meses después.
lunes, 6 de febrero de 2012
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