miércoles, 9 de marzo de 2011

CONTINUANDO

Después de este paréntesis, continúo con mis "raíces".
Ese verano se 1964, de la forma más inesperada, mi vida dio un giro total.
 Ni me tocó ni la lotería, ni percibí herencia alguna; el hecho fue mucho más simple, y empezó con la visita de la hermana de una amiga mía que, entre otras cosas, me comentó que si no me apetecía dar el salto a Madrid. Yo me
 quedé muy sorprendida, y entonces me comentó que una familia de Cangas allí residente, buscaban una persona de confianza para acompañar a la abuela,  y hechar una mano en las tareas de casa.
Enseguida me animé, pero mi madre no tanto. Yo no dejaba de ser una niña sin experiencia, sin picardía, que nunca había salido del pueblo, siempre bajo la proteción familiar.
 Cuando fui madre yo, comprendí los temores de la mía.
Pero me vió tan ilusionada con la idea, que me acompañó a casa de esta familia para hablar y concretar, si es que estaban de acuerdo en llevarme con ellos.
Doña Mari se alegró mucho, pues no solo me conocía de siempre, si no que cada año hacíamos alguna charradita a la salida de misa, pero además, era amiga y"colega" de la que había sido mi maestra, y estoy segura que le dió unos informes más a fondo y  muy favorables.Por algo había sido una de sus alumnas preferidas.
A medida que se acercaba el día de la marcha, más pesarosa estaba  mi madre de no haberse negado, y al mismo tiempo, tampoco quería interferir en mis deseos, y que con el tiempo se lo reprochara.
Reconozco que esta decisión no la tomé por necesidad; en Cangas era una chica considerada como "culta y formal".  Más bien lo que me animó a ello, eran mis deseos de abrirme un camino en la vida, y creía que tendría más oportunidades en una ciudad. Fué Madrid, como podía haber sido Lugo, la ubicación del lugar era lo de menos, y en este caso, el hecho de que la familia fuera, no solo conocida, si no oriunda de Cangas(se conocían nuestros padres y abuelos, y además, dicen por allí, " pariente de mi pariente, mi pariente es" en este caso se podía aplicar, pues una hermana de Mari estaba casada con un primo hermano de mi padre.
Posiblemente, con una familia desconocida ni, me  hubiera planteado el marcharme.
El día antes de partir, mamá me repetía por enésima vez, que si no me acostumbraba o no me encontraba cómoda, que no me diera verguenza regresar.
Y llegó, ¡por fin! el día tan esperado por mí. Pero antes, la despedida al mar, que tanto quiero y que a lli no podré ver.

4 comentarios:

  1. AY!! Lili, que nos has dejado en lo mas interesante.
    Pero que bien lo cuentas!! Según te leo, me imagino todo.

    ¿Que años tenías en esa época?. ¿Habías terminado ya los estudios?.

    Bueno espero ansiosa tu llegada a Madrid y tus vivencias.

    Yo soy de Madrid, así que no se te olvide contarnos en que barrio vivías y que lugares frecuentabas.

    Un beso

    PD. Menuda suerte tuvieron los de Cangas con conratar a una chica de tu categoría humana.

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  2. ¡Buenos días Loli! seguro que hoy va a ser un día muy feliz para ti y para recordar con mucho cariño, un bico para ese niño.
    Recuerdo también, cuando con el botijo en mano recorríamos un km. para ir por agua a la fuente, la caminata era muy agradable.
    Yo hace tres años que me jubilé, mis compañeros me hicieron una comida de jubilación preciosa, nunca la olvidaré, tampoco todas las palabras que pude oír en ese día, fue algo hermoso.
    Tu poema me parece demasiado triste y creo que tú no eres así, sino una persona alegre, muy alegre que da gusto estar contigo.
    En la época en la que te fuiste a Madrid era muy normal hacer ese cambio, también a Barcelona y Bilbao, siempre había personas que conocías y que se iban, otras cruzaban el charco. Como es una gozada leerte, espero que nos sigas contando tus vivencias...
    Abrazos.

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  3. Cuando me fui a Madrid tenía dieciocho años y medio. Mis estudios fueron los básicos, aunque mi maestra decia que tenia el nivel de un bachillerato superior.(Supongo que el equivalente al BUP de ahora).
    Y...ahorita te enterarás demis andanzas por Madrid.

    Sabela, yo hace seis años el diez de Junio que, a petición de mi marido ya jubilado, dejé mi trabajo con bastante pesar. Al principio estaba muy dudosa y me costó mucho decidirme, pero tengo que decir que, seis años después, me alegro de ello.
    También mis compañeros me hicieron una despedida muy emotiva, y sigo en contacto con los más íntimos.

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  4. Loli, llevaba unos días sin visitarte pero aquí estoy leyéndote. Disfruto haciéndolo, creo que escribes muy bien y que nos haces trasladarnos a aquellos tiempos.
    Para tu madre tuvo que ser durísimo que te fueras a Madrid, mucho.
    Sigo leyendo.
    Espero que ayer pasarais un feliz día celebrando el cumpleaños del nieto.
    Un abrazo
    Conchi

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