lunes, 9 de mayo de 2011

¡ BAJANDO Y SUBIENDO !

Al cabo de poco tiempo nos cambiaron a unas cuantas (entre las que me encontraba) a la sección de los chasis, ubicada en el sótano. El trabajo era individual; cada una tenía al lado izquierdo de su mesa, en el suelo, una caja llena de unas plaquitas rectangulares; en el mismo lado pero en la mesa, un potente flexo, y a su lado una cajita con electrodos de distinto color y tamaño. A la derecha, un pequeño soldador.
El trabajo consistía en unir los electrodos a las placas (chasis) con una soldadura. Era muy facil, pero a mí se me daba muy mal, porque quería dejar la soldadura perfecta, y para ello no disponía del tiempo necesario para que saliera rentable. A partir de una cantidad (no recuerdo cual) nos daban una prima por cada chasis. Yo nunca conseguía llegar a ella.
No se si fue porque le dí pena al encargado, o porque veía que  trabajaba con ahínco, el caso es que un buen día me trasladan a la 1ª planta, donde  estaban las oficinas y un
 "privado" en donde la mujer del jefe y su hermana "repasaban" los chasis antes de su distribución, para que me uniera a ellas en este menester.
Como el trabajo era nanual, podíamos charlar de nuestras cosas, y por ahí se enteró la
señora López, de que me gustaban las labores y sabía algo de coser, bordar, tejer, ganchillar etc, y un día nos comentaba a su hermana y a mí, que le estaba rondando la idea de abrir una tienda de lanas y dirigir labores en el local que tenian en los bajos de la casa,
( constaba de tres plantas  y sotano, éste y las dos primeras dedicadas a la empresa, y la tercera era el domicilio particular) pero como ella disponía de poco tiempo,  y solo podría estar a ratitos perdidos, necesitaba alguien de plena confianza, y yo le parecía la persona idónea.
Me dejó muy sorprendida, porque no me lo esperaba, y entre bromas le dije que con la  condición de que si no funcionaba me retornara al puesto del que me sacaba,  manteniendo la antigüedad que era de año y medio. Al cabo de muy pocos días vienen de una casa de decoración a enseñar muestrarios y tomar medidas. Se inauguró el 27 de Abril, día de Nuestra Señora de Montserrat, y bajo su protección nos pusimos.
Tuvimos mucho éxito, pues en la zona era la primera tienda que no solo vendía, si no que enseñaba los distintos puntos, y dirigía la labor. Además pusimos en un  rincón una mesita baja con varios sillones cómodos para que la clientela se quedaran el rato que quisieran y había muchas adeptas; aún me acuerdo de ellas ,y al final acabábamos montando cada tertulia...era muy entrañable y muy familiar, y fue mi último trabajo de soltera. Cuando a la vuelta de las vacaciones del 71 le dije que en Febrero proyectábamos casarnos  y  yo
dejaría el trabajo, me contestó que se acababa la tienda, que en Diciembre se empezaban las rebajas. Y así fue, lo liquidamos todo, y como quedaba el mes de Enero, para rellenarlo y de mutuo acuerdo, me pasé con su marido a la sección de archivos. Ahí se terminó mi periplo como asalariada, porque seguí siendo trabajadora, pero sin salario.

5 comentarios:

  1. O sea que conocistes a tu amor en Barcelona, ¿no?. Ay! pillina, ese capítulo te le has saltado.

    Cuenta, cuenta. Besitos.

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  2. No me lo salté ja ja ja, lo que pasa es que esto vino rodado y ahora tengo que retomar el hilo. ¡no seas mala! Besos

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  3. Pues yo también espero...
    Abrazos.

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  4. ¿Cuantas experiencias tienes? me gusta leerte y,a la vez haces que te conozcamos un poquito mas, con cada nueva entrada.
    Hasta la próxima.
    Un abrazo.
    Rosa.

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  5. ¿Pero te casaste con el hijo de aquellos señores???? jaja, qué cotillas! Me he imaginado aquella tienda y sí que tuvo que ser especial.
    ¡Cuántos recuerdos! ¿verdad?
    Un abrazo, amiga. Gracias por compartir tu vida.
    Conchi

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