sábado, 8 de mayo de 2010

ENAMORADA DEL MAR

El mar me encanta en toda su grandiosidad.
Si está tranquilo, me  embelesa, me relaja y no me canso de mirarlo.
Si está bravío...mi mente, inconscientemente, piensa en la cantidad de gente que en sus aguas perdió la vida, y en aquella bonita poesía que D. benjamin escribió.

Plomiza la mar; bruñida;
desde la grama esmeralda
parece una cuesta arriba
por donde los barcos bajan.
Bajan y suben rondando,
como si la cortejaran,
con sus quiebros a las olas,
sus columpios y sus danzas.
Dicen, me dicen a mí,
palabras que otros no captan,
con unacento tan íntimo,
tan lírico y tan de drama...
Se calla la mar...Me callo;
La miro y no veo nada...
Pero me tiene y la tengo
tensa en la íntima distancia.
Evocación del desierto;
de la ceniza rizada
por la caricia del viento
que le hace bucles de plata.
No me importa que otros piensen
que no convienen fantasmas
junto a la ribera hoy,
ni tiestos en las ventanas.
Dejadme soñar un poco;
perderme en la mar más alta,
perseguir el horizonte
y encontrame en la distancia.  B.G.Q.

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