Poco antes de cumplir los tres años, mi madre quedó de nuevo embarazada, y poco antes de salir de cuentas, me llevaron acasa del abuelo para que la tía Guillermina se hiciera cargo de mí. Y un Sábado por la tarde, yo no quería retirarme de la ventana, porque los niños que venian a catequesis estaban jugando al rededor de la iglesia, que está en frente.
Ella me preguntó si quería jugar con ellos, y al contestar afirmativamente
me acompañó, y le explicó al señor cura la situación. El no puso pegas, y quedaron en que vendría a recojerme acabada la hora de catequesis.
Una vez dentro y en un momento dado, preguntó quien se atrevía a rezar el Padre Nuestro.
Yo puse mi mano en alto, y el no creía que lo supiera, pero me dió opción, como nueva, de que lo rezara. Lo hice sin titubear, porque lo sabía, pues como me pasaba todo el día pegada a mi madre, ella para entretenerme sin dejar de hacer la faena, me enseñaba a rezar y a cantar.
¡¡ LISTIIIISIMA!!
Cando naceo miña hermá
mandáronme pa casa do abuelo,
pro... aburrríama moito
porque non había nenos.
E o Sábado pola tarde
que viñan pro catecismo.
Eu mireinos sorprendida.
¿queres ir tú tamén?
preguntoume a miña tía.
Entrei na igrexa cos nenos,
e o cura preguntou
quen sabía o Padre Nuestro.
Eo, sen pensalo duas veces
en alto puxen o dedo.
El non podía creélo,
pero dixome que comenzara
pra así, poder sabelo.
Nin corta nin perezosa
comencei coa voz moy clara,
rezandoi toda segura
sen fallar un'ha paraula.
Sorprendido, preguntoume
quen mo enseñara.
Dixenlle " a miña mamá
cando pela as patacas".
O cura, moy admirado
contoullo a miña tía.
E a mín contoumo mamá
cando xa fun mais grandiña.
Pois....de verdá, non m'acordo
de que eo fora TAN LISTA.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario