Mi madre, de blanco, con su hermana Matilde. Las fotos que tengo de su juventud son todas en compañía.
Mamá es sumamente discreta, siempre sabe estar en su lugar. Bondadosa,
pero con más carácter que mi padre, humilde y muy religiosa, su vida tampoco no fue nada fácil, le costó un poco adaptarse a vivir aquí, y luego, la falta de mi padre tan inesperada, fue un duro golpe para ella.
Ahora, a sus 86 años ya cumplidos, tiene achaquillos propios de la edad, pero está feliz de vernos a todos unidos y contentos
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