Como decia en la entrada anterior, estábamos en una encrucijada y no sabíamos por que camino tomar, cuando un pequeño empresario amigo de David (yo creo que tiene amigos hasta en el infierno) tenía una barca de pesca con la que trabajaba su hijo, pero como se marchaba a la mili tenía que dejarla en el varadero y ello valía una pasta; entonces se la ofreció a David para que la llevara durante ese tiempo, de lo cual se beneficiarían ambos.
Despues de analizar los pros y los contras llegamos a la conclusión de que era una opción, y a falta de otras un camino a seguir nada costaba intentarlo. A David le animaban tres cosas,;1º que la oferta era como prueba, sin copromiso alguno; 2º que es untrabajo donde no hay morosos pues la lonja paga cada Viernes las capturas de la semana, y 3º que se trataba de trabajar en el mar, algo por lo que siempre se había sentido atraído y el trabajo en sí no le era del todo desconocido, pero.... no es lo mismo ser pescador Dominguero, que aunque la pesca sea poca te sabe a mucho, a tener que sacarte las habichuelas del día a día. La pesca es mucho más complicada de lo que parece a simple vista. ( Continuará).
Menudo giro!
ResponderEliminarYa estoy impaciente por la continuación.
Un besazo guapísima
En ocasiones hay que hacer cosas que por supuesto no entran en tus planes, en este caso el esfuerzo fue mínimo, ya que David tenia experiencia en el mar, aunque no fuese de forma profesional.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rosa.
Si Chus, fue un poco brusco.
ResponderEliminarNo se parece en nada la pesca echa por gusto a la que se hace por necesidad. Te lo aseguro.
Besos.