Supongo que yo lo podré decir cuando venga mi nuera porque hasta ese momento lo tengo mal, y más este año que no viene mi hermana. Quien vino fue Claudia, pero con 15 años poca ayuda se puede esperar de ella.
La verdad que es una locura ser los primeros en llegar a Cangas y peor si es con niños, pero me propuse ir haciendo la limpieza sin prisas y a medida de mis posibilidades porque tengo el brazo derecho a la virulé y me limita bastante. Los primeros días fueron desesperantes pues Ariadna estaba muy llorona y desasosegada, como si no encontrara su espacio, y posiblemente le pasara algo de eso, aunque estuviera rodeada de la familia de siempre el entorno no le era familiar, y si le añadimos que no estaba su madre...neurasténica perdida que estaba la niña. Esos primeros días la única satisfacción que yo tenía era saber que mi madre estaba en casa mejorando día a día.
Ya la segunda semana la cosa se fue estabilizando,les encantaba que los paseara en la
carretilla
Y también acercarnos dando un paseo hasta el riachuelo a tirar piedras al agua
Para hacer todas esas cosas Ariadna me ayudaba mucho a la hora de la limpieza
Pero a ratitos le entraban las ganas del " polumpio"y no se movía de allí hasta que no se la columpiara
Con la llegada de su mamá fue todo sobre ruedas, claro que el rodaje ya lo habíamos hecho antes, la pena es que solo fue una semanita más y se lo pasó pipa, sobre todo en los charcos de la playa de las catedrais.
Con gaiteiro incluido.
Ya el último día y como despedida de su estancia en Cangas nos fuimos a cenar al descanso ¡formidablemente bien! . Al día siguiente empezaban "mis " vacaciones.
Loli tu madre se ve estupenda, me alegro que este mejor.
ResponderEliminarLos niños ya sabemos que atan y dan faena, pero se disfrutan tanto que vale la pena pasar unos días como en tu caso algo atados, la recompensa bien vale la pena.
Un abrazo.
Rosa.
¡Por descontado que vale la pena Rosa! pero te aseguro que a veces -cierto que son contadas- me siento impotente cuando no hacen ni caso.
ResponderEliminarAbrazos amiga.
¡Por descontado que vale la pena Rosa! pero te aseguro que a veces -cierto que son contadas- me siento impotente cuando no hacen ni caso.
ResponderEliminarAbrazos amiga.