Este año los chicos fueron a Cangas porque Marcos tiene 15 días en Navidad y Sandra ya está muy gordita por eso nos fuimos los cuatro en avión. Hasta ahora, como se turnaban al volante el viaje no se hacía demasiado pesado, pero para uno sólo tendríamos que hacer noche en el camino; los años también se acusan, y el año pasado compramos un coche de segunda mano para dejarlo en Cangas porque allí sin utilitario no tienes movilidad. Así que nos fuimos en avión hasta Avilés y allí nos esperaba Eloy el taxista del pueblo.
Verano amargo para todos pues allí se nota más su ausencia. Este año pasamos de hacer ciertas cosa que eran como un ritual, por ejemplo el ir a tomar los vinos; después de cenar salir dando un paseo hasta el centro cívico para tomarnos un café; no perdernos ninguna sardinada de las muchas que se hacen por los alrededores...¡son tantos los recuerdos acumulados en tantas vacaciones compartidas que son inolvidables.
En contrapartida hemos adquiriendo otros hábitos, como el que Claudia pasara a dormir con mi hermana para que no se encontrara tan sola. Para Celi fue de gran ayuda su compañía.
Quien estaba muy perdido también era David ya que siempre siempre, si no estábamos los cuatro estaban ellos dos, sobre todo para hacer la compra.
Desde aquí, hermana, quiero manifestarte mi admiración por la entereza y valentía con la que afrontas esta dura prueba. Sé que te derrumbas muchas veces, es inevitable, pero le plantas cara a la situación y ello te hará salir adelante. Aunque te falte el apoyo principal sabes que no estás sola. Yo se que este verano te quedarías gustosa en Barcelona pero este paso lo tenías que dar y cuanto antes mejor.
Por primera vez en en 14 años no participamos en la comida familiar, aunque luego David y yo nos acercamos a tomar el café con ellos.
Salíamos por la montaña a caminar, y de tanto en tanto
ella no se cansaba nunca
cuando el calor apretaba nos refrescábamos un poco
menos...cuando esta niña se nos hizo mujer.
También bajábamos hasta el paseo marítimo
que como se puede apreciar
tiene rincones muy bonitos
en otro tiempo se subían las algas en esta jaula
no falta quien se acuerde de nosotras
David hizo esta empanada para que Claudia invitara a merendar a sus amigas
la prima Visi les echa un vistazo a los kiwuis
también un día nos acercamos paseando hasta la playa
que por aquí no suelen estar muy concurridas supongo que será por lo fría que está el agua
Yo me perdí una mañana
por mis huellas, en silencio,
a la orillita del agua,
¡y todavía no he vuelto!
Pisé, primero, la arena
lisa de la bajamar...
me gusta dejar en ella
las huellas de mi pasar.
Marché pisando trocitos
de concha, y piedras doradas,
joyas de caracolillos,
espumas, collares de algas...
y de lejos contemplé
la inmensa y dorada página
con la firma de mi pie.
¡Yo me apropié la mañana!.
Las espumas peregrinas
en la nueva bajamar
dejarán la playa limpia,
que otro volverá a pisar
virgen, como Dios la manda,
cuando Dios se viste y se hace
de arena, de olas, de agua,
de espumas y claridades.
Que bonito y a la vez que dificil se me hace rememorar todo ¡tantas emociones encontradas! tengo la gran fortuna que dentro de mis momentos bajos siempre encuentro un abrazo que me reconforta. Esa es mi pequeña gran familia, de la que tan orgullosa me siento,
ResponderEliminarHola Loli.
ResponderEliminarLas fotografías hablan por si solas a pesar de los momentos difíciles. Como dice Celi, una familia como la vuestra siempre unida, seréis capaces de seguir adelante a pesar de las dificultades que la vida se empeña en poner en nuestros caminos.
La poesía es preciosa. Veo que a las dos hermanas se os da muy bien escribir.
Abrazos.
Rosa.