1956- Madrid
2011- Barcelona
Pasaron 55 años desde que aparcó la moto para usar el coche, y al cabo de todos estos años vuelve de nuevo a tener ilusión por otra moto.
Le sabe mal gastarse una cantidad crematística medianamente elevada en un capricho para su uso exclusivo( a mi me da miedo la moto) máxime cuando no hace demasiados años se gastó otra pasta con la adquisición de la barca, aunque ésta sea en sociedad con mi hermana, y dicho sea de paso, le estamos exprimiendo el jugo, porque a los cuatro nos gusta navegar.
Después de darle mil vueltas yo le animé para que no se lo pensara más y se diera ese gusto ahora que aún puede hacerlo ya que dentro de nada sus reflejos para conducir empezarán a ir a la baja .
Y ahí está el, mas contento que un niño con zapatos nuevos, y yo también lo estoy, porque creo que es un caprichillo que tiene más que merecido.
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