No obstante, me gustaba su seriedad, que me inspiraba credibilidad; su sinceridad, que me daba confianza, y sobre todo, su enorme personalidad y su respetuoso comportamiento con migo.
Al principio yo era un poco escéptica de que lo nuestro cuajara, porque me parecía que nuestros puntos de vista eran muy dispares, pero el tiempo me demostró que estaba equivocada. Y un detalle que a mis compañeras (y a mí) nos llamó mucho la atención, es que los fines de semana siempre me traía una rosa.
Al no estar con mis padres, quiso conocer a la familia Bafalluy para "dar la cara," y presentarles sus respetos; fue un tanto que se apuntó a su favor, para ellos como para mí.
Después de llevarme a su casa para presentarme a su madre y hermana(es huérfano de padre) en Agosto me acompañó a Cangas para conocer a los mios y hacer la petición de
mano.
5/8/1971- Primeras vacaciones en Cangas
7/8/1971-Salida en barca por Burela
A finales de Septiembre de ese mismo año, me llevó a ver un piso que había adquirido un par de años antes, con la idea de irse a vivir allí con su madre cuando su hermana se casara, porque en los planes de él no entraba el matrimonio; si no me gustaba pues se vendía y buscábamos otro que fuera de mi agrado. Pero me gustó, y mucho, así que sin prisas, ya que no teníamos fecha fijada para la boda, empezamos a ir acondicionándolo, porque era un edificio de obra nueva, y estaba tal y como lo dejaran los de la constructora, y cuando ya empezamos a verle cara y ojos, fijamos la boda para el 12/2/1972. Y esas Navidades que pasé con la que pronto sería mi familia, volvieron a ser muy tristes. Tal vez los meses anteriores, ilusionada como estaba preparandolo todo, no me había detenido a pensar que una boda no es solo novio, piso, banquete etc etc, si no que era un cambio bestial en mi vida, y si la cosa no resultaba, no podía pensar en volver a casa como en las anteriores ocasiones. Estos pensamientos, supongo que normales en todas las novias, empañaron un poco mis ultimas navidades de soltera.