viernes, 22 de abril de 2016

¡QUINCE AÑOS YA!



Ayer estuvimos cenando con mis hijos  y aprovechamos para recordar -mediante el video- algunos momentos de su boda, acontecimiento del que se cumplían quince años.
 Estamos muy satisfechos de ésta pareja, se complementan. Se conocieron en el instituto, y desde el primer día Sandra encajó muy bien en la familia.  Después de dos años de convivencia y quince de matrimonio, nuestro cariño hacia ella y la  satisfacción por esta pareja no ha hecho más que crecer.
 No todo fueron rosas en estos años, para ella, tan apegada a sus padres, le costó bastante separarse de ellos que se quedaban en Lerida;  al poco tiempo su madre empezó con problemas hepáticos y de circulación, unos años después su padre con cáncer de garganta, pasando luego por su  fallecimiento - 2012 su madre y 2014 su padre- ambos  con sesenta y pocos años.
Si a esto le añadimos el mazazo del problema cardíaco de Alex, su primer hijo, puedo decir que estos quince años han  vivido en un continuo sobresalto. Por eso pido  a Dios misericordioso, que si les dio ánimos y valor para sobrellevar momentos tan malos, los gratifique ahora con un poco de tranquilidad y sosiego, y creo que lo está haciendo a todos los niveles 

sábado, 16 de abril de 2016

PLANES...¿SI O NO?




                 

Ayer por la mañana en el ensayo habitual de los Viernes y  en los diez minutos que tenemos de relax para tomar un café _ sobre las 11 h _ Mª Eugenia comentaba que nos pasamos la vida haciendo planes a largo plazo  y no se nos ocurre pensar que tal vez no veamos cumplidos ni siquiera los que tenemos planeados antes de terminar el día.   
 Yo tenía programada mi tarde, que es prácticamente repetitiva todos los Viernes, porque estamos amoldados a los horarios de los niños. Pues bien, estaba poniendo la mesa cuando llega  mi marido de Mataró que, junto con mi hermano, habían estado en la barca haciendo unos arreglillos, lo vi con la cara desencajada,  y a mi pregunta de si se encontraba bien me contestó que se había caído de la moto y se había asustado; le ayudé a sacarse la ropa, y  cuando tuve el anorak en la mano vi que llevaba la manga de la camisa llena de sangre. Me dio un vuelco el corazón, y aunque sabía que no era la cosa de gravedad al momento me vino a la mente el comentario de mi amiga.
 Es cierto que hacemos planes sin contar con contratiempos,  pero es que éstos vienen solos, y no puede uno programar su día a día pensando en que algo inesperado nos puede cambiar el programa, es que entonces no  tendríamos ilusión  ya no de hacer, ni siquiera de programar.
 Ala vida hay que sacarle todo su jugo, cada uno a su manera, y cuando nos sorprendan los imprevistos es cuando tenemos que actuar, lo que no podemos hacer es amargarnos antes de tiempo pensando en lo que puede pasar porque eso, para bien o para mal, para nosotros es  "imprevisible".
Así que yo hoy tengo un motivo más para estar muy feliz porque lo de mi marido pudo haber sido mucho peor, pero no lo fue.