Jamás me pude imaginar que el primer cumpleaños de Alex estaríamos donde estábamos.
Pero estábamos, y dadas las circunstancias eso ya era mucho.
Comentamos con la enfermera jefe si podíamos llevar un pastelito, y no puso ninguna objeción.
Nuestro ánimo no estaba para celebraciones ,pero también nos sabía mal que pasara ese día sin pena ni gloria, y como todo el personal que estaban a cargo de los enfermos de la uvi les teníamos tanto cariño - creo que después de tanto tiempo la simpatía era mutua-
luego ellos se tomarían el pastel a la salud de Alex.
Y en la visita de la tarde aparecimos con nuestro pastel, pero nos llevamos una sorpresa mayúscula. En ese rato (de 12 a 14 h ) que las uvi permanece cerrada, en los rieles de las cortinas de su box le pusieron globos, y en la cabecera de la cama la clásica pancarta de "FELICIDADES, ALEX" en letras de colores. Además, los enfermeros que ese día les tocaba llevarlo a él se pusieron las narices de payasos y no se cansaban de hacerle carantoñas y jugar con los regalitos que le recibió
Estas nos las cedieron los enfermeros. Luego su madre le puso una sudadera para que no se le vieran los tubos de la máquina. Ella al principio era reacia a tomarle fotos y yo lo entiendo, pero sin darnos cuenta nos vimos envueltos en la alegría de todos ellos y acabamos compartiendola.
Aunque solo fuera por la
sonrisa y el brillo de sus ojos cuando vio la vela con la música del cumpleaños, valió la pena. El ahora cuando las ve dice que no es él, que se Ariadna, y es que aún es muy pequeño para explicarle nada, a medida que vaya sintiendo curiosidad se lo iremos contando.
Está claro que era su pastel y tenía que
probarlo.
Y así de contento y satisfecho se quedó tras la prolongada sesión de fotos, porque aquí solo pongo unas poquitas.
¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS , ALEX!!
Quiera Dios que podamos repetir esta frase el próximo año.