miércoles, 6 de abril de 2011

NUEVO TRABAJO

Verano 1966:mis primos Tito y Emi, mi hermana, un amigo, y yo. Sentada mi prima Matildita.

Otro verano semejante a los anteriores, pero "diferente".
Fue en la placidez del entorno familiar, cuando empezaron a entrarme las dudas de si no me habría equivocado en la decisión tomada.¿Por qué se me ocurrió semejante idea,cuando estaba super contenta donde, como, y con quien estaba?¿por qué dejaba la  tranquilidad y la seguridad de estar entre una familia, por la intranquilidad de un trabajo que no conocía y la inseguridad de encontrarme...sola?
Cuando mis pensamientos eran muy negativos, intentaba sacarlos de la mente, y me consolaba pensando que...bueno, si no salian las cosas bien, volvería para casa .
En la pensión fui muy bien recibida. Allí estaban tres chicas de mi edad y yo, y la regentaba un matrimonio de unos sesenta años. Ellos dormian en el otro piso del mismo rellano junto con sus tres hijos.
Sofía me acogió con mucho cariño. Decía que le recordaba a su última y única hija, que murió siendo una niña, y que para entonces tendría mi edad.
Con las otras chicas tenía muy poca relación, por razón de horarios solo coincidíamos un ratito a la noche viendo la tele, pero sí que hice muy buenas migas con Maria Rosa, un poco mayor que yo, y novia del hijo menor de Sofía.
En el trabajo también me acople muy bien, y enseguida cogi el gustillo al trato directo con nuestro clientes.
Seguí frecuentando el centro parroquial asiduamente durante un tiempo;tambien a mi antigua familia, pero poco a poco las visitas se fueron espaciando , a medida que tomaba más contacto con mis  nuevos compañeros
De nuevo estaba feliz. Me gustaba que Dña Mari se interesara por mí y me invitara apasar por su casa siempre que quisiera. Me gustaba que los del centro me llamaran cuando hacían alguna fiesta. Me gustaba el trabajo que desarrollaba. Me gustaba la relación que tenía  con los compañeros. Me gustaba la nueva familia con la que convivía. Me gustaba TODO. Hasta que mi prima Emi, que estaba en Barcelona empezó a marear la perdiz y a animarme para que cambiara de ciudad.
Me parecía un disparate otro cambio cuando ya estaba bien situada, y al principio me resbaló; pero una vez, y otra, y un montón de veces más...no sé, me atacaba por la parte más débil, y era que en Madrid yo estaba sola, y en Barcelona, a parte de ella estaban dos primas más, Inés y Enma. Esta se casaba en Septiembre, y yo, logicamente, vendría a la boda ¿Porqué no aprovechar la ocasión y quedarme?. Ella se encargaría de buscar un piso para compartirlo con otra chica o dos.  ¡Con lo bien que siempre lo habíamos pasado juntas...!  El trabajo era lo de menos, no tendría ningun problema para encontrarlo.
Total, de tanto escucharla, la idea se me fue haciendo familiar, y lo que  hasta hacía poco me parecía un disparate, empezaba a considerarlo como lo más natural. ¿Que hacía yo sola en Madrid, teniendo tres primas en Barcelona?
El último día de Julio me despedía del trabajo y de la pension, en la calle Hermanos Miralles 63. Pero no marchaba sola para Cangas, me acompañaban Sofía, su hijo José Luis, y su novia María Rosa, que pasarían una semana en casa.